Nuestros vecinos, familiares y amigos comienzan un éxodo hacia EEUU y México. Nuestros emigrantes, sin hablar el idioma, sin apenas dinero, abandonan sus familias, cansados de la pobreza y las penalidades que en aquella época había en nuestro pueblo, se lanzan a la aventura, a un futuro incierto, a países desconocidos en busca de trabajo, para poder ofrecer a sus familias una vida mejor.
¡Seguimos sus pasos!
¡Indagamos en sus vidas!
¡No queremos olvidarles!
Y a ellos les dedicamos este trabajo, para que su hazaña, y ese ejemplo de lucha y valentía, no se diluya en el tiempo, perdure en nuestra memoria y quede para las siguientes generaciones.